​Ésta es una historia sobre amor y despedidas, un diario de la intimidad a lo largo de tres años de una pandemia. Los dibujos, las fotos y los textos, registran como un acto de memoria la experiencia de la intimidad a través de  “recortes de tiempo”. El fondo de la imagen se ubica en el campo, en las carreteras, o en el interior del hogar.  

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​La(s) mujere(s) que he sido viven, aman, antes de que mueran vínculos, o “promesas de amor”. Las despedidas no son sólo de parejas, también de un tiempo, unos lugares, de tres niños en un momento específico de sus vidas y que también son memoria de mucho amor.  

 

La serie para mí se despliega como una especie de storyboard para una película por escribir. 8 personajes en medio de cotidianidad, del tiempo del viaje, de lo que fue y ha dejado de ser.

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Expresar los sentimientos íntimos puede llamarse como una forma de terapia. A las mujeres se nos asocia al mundo de las emociones y al mundo del hogar, incluso como una limitación, en la vida y en el arte. Al mundo natural se le ha atribuido el carácter femenino, opuesto a la carretera, al progreso, al dominio de la realidad desde la razón. La verdad de la intimidad, es tal más sutil, está  cargada de matices, y tal vez los  temas y motivos de las imágenes son solamente un pretexto para conectar con el presente.

 

El interés de nuevo, como en trabajos anteriores, está en el paisaje, el movimiento, la palabra, el color, la pintura. Se asoman nuevas preguntas a través del óleo, la escritura, el rayón callejero, la voz de las mujeres. El rojo es el puente que transita entre el arraigo a la tierra, las palabras y los fluidos corporales como fuerza vital.